Por fin
hemos podido ir a la granja, ya que la salida estaba programada para después de
Semana Santa pero estuvo lloviendo muchísimo y la clase entera se quedó muy
triste pensando que ya no iríamos pero ¡qué bien que pudimos cambiar la visita
para otro día!
Es la
segunda vez que visitamos una granja escuela y todos los niños y niñas estaban súper
ilusionados, desde el día que supieron que íbamos a la granja no había mañana
que no mirasen y requetemirasen en el calendario cuándo íbamos y finalmente
llegó el momento.
En el día
previo recordamos las ya sabidas normas para ir en autobús y estar en la
granja, pues los animalitos se asustan si no los tratamos bien y con cuidado.
Más tarde,
se refrescaron, bebieron agua, se pararon en diferentes parcelitas en las que
había plantas aromáticas para tocarlas y fueron a montarse en el poni, aunque
algunos niños y niñas no quisieron montarse, pero todos sí probaron la carroza
que tenían preparada para dar un paseo.
Y antes de
comer, fueron a ver a las cabras (a las que han dado las manzanas que la clase
no tomó en el desayuno), al toro llamado “manchitas” porque parecía una vaca y a
toda clase de aves: patos, gansos, gallinas, pollos, pavos…